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miércoles, 11 de diciembre de 2013

El mejor amante...el Mousse de Chocolate

Ingredientes para 4 personas:

+ 1 tableta de chocolate para fundir 
+ 3 cucharadas soperas de azúcar
+ 3 huevos
+ 200 ml de nata para montar

Tiempo de preparación: 20' (a cuatro manos)

¡UN POSTRE! Ya tocaba una receta un poco más dulce de lo habitual por estos lares (virtuales) que nos alumbran. Porque además, ¿a quién no le gusta el mousse de chocolate? A "casi" nadie (aunque siempre hay alguno por ahí descarriao' al que no pero...son los menos); así que, por esa misma razón, os traemos este postre tan aclamado hasta ArquitecturayGastroEconomía.

Su realización es sencilla y su momento de aparición, inimaginablemente oportuno. Aunque daremos algunas pinceladas por si no te queda claro o es que hoy te has levantado sin ver el sol (para los que venimos del sur es algo "terrible"). 

En casa para desayunar o merendar. Después de cada comida, como lavarse los dientes pero, en su lugar, le metes mano al mousse. Si vas de invitado a casa de algún amigo y te ofrecen/ofreces (la segunda opción es sólo apta para valientes) a llevar el postre, detallazo. En un momento de histeria nocturna porque no puedes pegar ojo y...los más clásicos: si perteneces al género femenino puedes tomarlo cuando quieras. Si estás sola un día en casa, bien porque tu ciclo ha aparecido por la puerta, o bien porque te han roto el corazón; en ese caso, el que te quiere y te cuida, te da el desayuno en la cama y te hace sentir una dama, quien respeta tu espacio y entiende tus días de cambio (a parte de Carlos Baute), te presentamos al mejor amante...el mousse de chocolate.

No hay más que hablar, se hará mousse esta semana. Manos a la receta sin perder detalle.


Primeramente, ponemos a fundir la tableta de chocolate; bien al baño María, bien en el microondas, añadiendo un poquito de agua.

Mientras tanto, cogemos los huevos y separamos bien las yemas y las claras. Unas por un lado y las otras por otro bien distinto y...ahora veréis el por qué.




En un bol independiente pondremos las yemas. Su pareja de baile será, en este caso, el azúcar. Ahora toca hacer de estos dos ingredientes uno sólo. Añadimos las tres cucharadas soperas (de azúcar, por si no ha quedado claro) y batimos hasta que blanqueen.

A la par, delegaremos al pinche (un amigo, sobrino, nieto...algún aburrido que pase por la cocina) la ardua tarea de montar las claras. Este proceso requiere de una especial atención ya que, como hemos comentado, no es moco de pavo. 


Es clave que el recipiente que usemos para esta fase esté completamente limpio, de grasas o restos de algún otro ingrediente. Lo haremos con varillas, si bien es cierto que nosotros, por falta de útiles, hemos tenido que usar el clásico cachivache de "La Sirenita", un tenedor. 

Podemos montarlas manualmente, como toda la vida, o con las eléctricas hasta que adquieran una consistencia firme, estable; tanto, que podamos dar la vuelta al bol sin riesgo a que se nos derramen por la encimera. (Una vez montadas las claras deberemos darle uso de inmediato, para que no se desmonten)

Es ahora el momento de incorporar el chocolate a la unión que denominaremos yemazúcar hasta obtener una mezcla homogénea.


Por otro lado, vamos montando la nata (IMPORTANTE comprarla para montar. NO para cocinar). Y, una vez montada, la añadimos a la combinación anteriormente preparada.

Nuestro pinche, que por supuesto tiene ya terminado su "trabajo", irá agregando muy poco a poco las claras al resto de ingredientes, removiendo "dulcemente" hasta la uniformidad del conjunto.

El mousse está listo, a falta de nevera. Podemos dejarlo en el último recipiente en el que hemos mezclado todo o preparar copas/cuencos individuales. 

Lo dicho, lo metemos rápidamente en la nevera y esperamos, como mínimo, unas cinco horas hasta el momento de la verdad, el momento del postre.

Como adelanto de las cercanas vacaciones navideñas quiero que sepas que: "una dulce y triunfante libertad se apodera de aquellos que saben que van a morir pronto", Vicki Baum dixit. Aprovecha entonces cada segundo, con familia y amigos, como si fuera el último...


Blog appétit!

jueves, 5 de diciembre de 2013

Experimentando con la comida rápida Thaï

Ingredientes para 4 personas:

+ Aceite de oliva 
+ 1 berenjena
+ 1 calabacín 
+ 1/2 cebolla
+ 1 tomate
+ 2 filetes de ternera (o cualquier resto que tengas por casa)
+ 3 paquetes de noodles 
+ Sal
+ Tomillo

Tiempo de preparación: 15-20 minutos

Este post que os presentamos no trata acerca de una receta espectacular ni fantabulosa (sumatorio de las palabras fantástica y fabulosa), pero sé que es y será de gran repercusión mundial (culinariamente hablando) pues, aunque va dirigida a una reducida parte de la sociedad, a una serie de grupos claramente diferenciados, engloba una serie de "conocimientos", consejos y sugerencias que son más que recomendables y aptas para todos los públicos

Si quieres...te lo cuento, ¡a leer!

Un viernes cualquiera. Tus padres se van al teatro y da la casualidad que tu hermana mayor tiene cumpleaños de su mejor amiga, un clásico. Entradas compradas desde hace meses en segunda fila y, por consiguiente, primera vez que te quedas en casa siendo un joven adolescente que aún está lejos de alcanzar los dieciocho. Llamas a tu vecino del número 4 porque solo, solo...tampoco te apetece estar. El panorama es desolador: "Antoñito, estamos solos en casa, ¿qué hacemos para cenar?"

Eres estudiante, vives fuera de casa, tu papá y tu mamá están a cientos de kilómetros de tu cocina (que además está más sucia que la bombilla de una cuadra). Es una realidad como otra cualquiera y hay que ser fuerte. Te has pegado todo el día, o eso le has dicho a tus padres, combinando facultad y biblioteca y el momento de la cena es inminente. Tu estómago ruge, abres la nevera y tu balda...vacía. Habrá que tirar de "lo que haya" en la despensa.

Esa vida laboral que comienza, no hace ni cuatro meses que vives con "tu chica" y ya has corroborado que aquellos maravillosos sábados de alta nocturnidad y "cachondeo" pasaron a mejor vida. Ser trabajador implica un cansancio (los que tengan la suerte de estar entre esta minoría casi extinta; hablo del trabajador) que no recordabas, sabiendo que tener primer y segundo plato se ha convertido ya en una utopía únicamente tangible los domingos al mediodía.  

Después de este "breve" prefacio os diré (en contraposición a lo que pudiera argumentar cualquier abuela de este planeta), que la comida rápida no es tan perjudicial ni dañina. Lo será tanto como queramos que lo sea y dejará de serlo de la misma manera. 

Así que desde la red os animo a que dejéis que la imaginación fluya. Haced de vuestros platos una oda para el orgullo y alegría de vuestras madres. Estén cerca, lejos o muy lejos...


Antes de nada, nos lavamos las manos y aprovechamos para dar un agua también a las verduras (fundamental).

Troceamos el pimiento, la berenjena y el calabacín en tiras finas, la cebolla en juliana y el tomate bien picadito.


Troceamos los filetes, a un tamaño cómodo para tomarlo de un bocado, y le ponemos un poco de tomillo, para darle "un toque" aromático.

Ponemos aceite a calentar en la sartén; mientras nos leemos las instrucciones de los noodles "de paquete". En nuestro caso (y en la mayoría), bastaba con poner agua a hervir y echar los "polvitos"; cuando el agua rompe a hervir ponemos los noodles y esperamos el tiempo indicado.

Ya está el aceite caliente. Ponemos las verduras que tardan más en hacerse primero, es decir, pimiento y cebolla, a fuego medio y las vamos salteando.

Seguimos ahora los consejos para elaborar los noodles con una pequeña diferencia. Ya que los noodles que teníamos eran para hacer sopa, pusimos la mitad de agua de la indicada (evitando un exceso de caldo, innecesario para nuestra receta), simplemente para que se haga la pasta.

Al poco, añadimos el calabacín y la berenjena a la sartén y seguimos salteando. Los noodles ya se han cocido, rápido ¿eh? 

Cuando estén casi las verduras, incorporamos la carne; como es ternera hay que tener cuidado de no dejarla mucho tiempo, que si no se pone "tiesa". Seguidamente agregamos el tomate.


Antes de que la carne esté completamente hecha añadimos los noodles y lo salteamos todo junto, para que cojan el saborcillo de las verduras.

Si tienes salsa de soja, puedes ponerle un poco cuando saltees todo; si no, un poquito de sal y listo ¡e igualmente bueno!


Et voilà! Ya tienes una comida rica y sana hecha con algo tan simple como unos noodles "de paquete"...


Blog appétit!