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miércoles, 11 de diciembre de 2013

El mejor amante...el Mousse de Chocolate

Ingredientes para 4 personas:

+ 1 tableta de chocolate para fundir 
+ 3 cucharadas soperas de azúcar
+ 3 huevos
+ 200 ml de nata para montar

Tiempo de preparación: 20' (a cuatro manos)

¡UN POSTRE! Ya tocaba una receta un poco más dulce de lo habitual por estos lares (virtuales) que nos alumbran. Porque además, ¿a quién no le gusta el mousse de chocolate? A "casi" nadie (aunque siempre hay alguno por ahí descarriao' al que no pero...son los menos); así que, por esa misma razón, os traemos este postre tan aclamado hasta ArquitecturayGastroEconomía.

Su realización es sencilla y su momento de aparición, inimaginablemente oportuno. Aunque daremos algunas pinceladas por si no te queda claro o es que hoy te has levantado sin ver el sol (para los que venimos del sur es algo "terrible"). 

En casa para desayunar o merendar. Después de cada comida, como lavarse los dientes pero, en su lugar, le metes mano al mousse. Si vas de invitado a casa de algún amigo y te ofrecen/ofreces (la segunda opción es sólo apta para valientes) a llevar el postre, detallazo. En un momento de histeria nocturna porque no puedes pegar ojo y...los más clásicos: si perteneces al género femenino puedes tomarlo cuando quieras. Si estás sola un día en casa, bien porque tu ciclo ha aparecido por la puerta, o bien porque te han roto el corazón; en ese caso, el que te quiere y te cuida, te da el desayuno en la cama y te hace sentir una dama, quien respeta tu espacio y entiende tus días de cambio (a parte de Carlos Baute), te presentamos al mejor amante...el mousse de chocolate.

No hay más que hablar, se hará mousse esta semana. Manos a la receta sin perder detalle.


Primeramente, ponemos a fundir la tableta de chocolate; bien al baño María, bien en el microondas, añadiendo un poquito de agua.

Mientras tanto, cogemos los huevos y separamos bien las yemas y las claras. Unas por un lado y las otras por otro bien distinto y...ahora veréis el por qué.




En un bol independiente pondremos las yemas. Su pareja de baile será, en este caso, el azúcar. Ahora toca hacer de estos dos ingredientes uno sólo. Añadimos las tres cucharadas soperas (de azúcar, por si no ha quedado claro) y batimos hasta que blanqueen.

A la par, delegaremos al pinche (un amigo, sobrino, nieto...algún aburrido que pase por la cocina) la ardua tarea de montar las claras. Este proceso requiere de una especial atención ya que, como hemos comentado, no es moco de pavo. 


Es clave que el recipiente que usemos para esta fase esté completamente limpio, de grasas o restos de algún otro ingrediente. Lo haremos con varillas, si bien es cierto que nosotros, por falta de útiles, hemos tenido que usar el clásico cachivache de "La Sirenita", un tenedor. 

Podemos montarlas manualmente, como toda la vida, o con las eléctricas hasta que adquieran una consistencia firme, estable; tanto, que podamos dar la vuelta al bol sin riesgo a que se nos derramen por la encimera. (Una vez montadas las claras deberemos darle uso de inmediato, para que no se desmonten)

Es ahora el momento de incorporar el chocolate a la unión que denominaremos yemazúcar hasta obtener una mezcla homogénea.


Por otro lado, vamos montando la nata (IMPORTANTE comprarla para montar. NO para cocinar). Y, una vez montada, la añadimos a la combinación anteriormente preparada.

Nuestro pinche, que por supuesto tiene ya terminado su "trabajo", irá agregando muy poco a poco las claras al resto de ingredientes, removiendo "dulcemente" hasta la uniformidad del conjunto.

El mousse está listo, a falta de nevera. Podemos dejarlo en el último recipiente en el que hemos mezclado todo o preparar copas/cuencos individuales. 

Lo dicho, lo metemos rápidamente en la nevera y esperamos, como mínimo, unas cinco horas hasta el momento de la verdad, el momento del postre.

Como adelanto de las cercanas vacaciones navideñas quiero que sepas que: "una dulce y triunfante libertad se apodera de aquellos que saben que van a morir pronto", Vicki Baum dixit. Aprovecha entonces cada segundo, con familia y amigos, como si fuera el último...


Blog appétit!

jueves, 5 de diciembre de 2013

Experimentando con la comida rápida Thaï

Ingredientes para 4 personas:

+ Aceite de oliva 
+ 1 berenjena
+ 1 calabacín 
+ 1/2 cebolla
+ 1 tomate
+ 2 filetes de ternera (o cualquier resto que tengas por casa)
+ 3 paquetes de noodles 
+ Sal
+ Tomillo

Tiempo de preparación: 15-20 minutos

Este post que os presentamos no trata acerca de una receta espectacular ni fantabulosa (sumatorio de las palabras fantástica y fabulosa), pero sé que es y será de gran repercusión mundial (culinariamente hablando) pues, aunque va dirigida a una reducida parte de la sociedad, a una serie de grupos claramente diferenciados, engloba una serie de "conocimientos", consejos y sugerencias que son más que recomendables y aptas para todos los públicos

Si quieres...te lo cuento, ¡a leer!

Un viernes cualquiera. Tus padres se van al teatro y da la casualidad que tu hermana mayor tiene cumpleaños de su mejor amiga, un clásico. Entradas compradas desde hace meses en segunda fila y, por consiguiente, primera vez que te quedas en casa siendo un joven adolescente que aún está lejos de alcanzar los dieciocho. Llamas a tu vecino del número 4 porque solo, solo...tampoco te apetece estar. El panorama es desolador: "Antoñito, estamos solos en casa, ¿qué hacemos para cenar?"

Eres estudiante, vives fuera de casa, tu papá y tu mamá están a cientos de kilómetros de tu cocina (que además está más sucia que la bombilla de una cuadra). Es una realidad como otra cualquiera y hay que ser fuerte. Te has pegado todo el día, o eso le has dicho a tus padres, combinando facultad y biblioteca y el momento de la cena es inminente. Tu estómago ruge, abres la nevera y tu balda...vacía. Habrá que tirar de "lo que haya" en la despensa.

Esa vida laboral que comienza, no hace ni cuatro meses que vives con "tu chica" y ya has corroborado que aquellos maravillosos sábados de alta nocturnidad y "cachondeo" pasaron a mejor vida. Ser trabajador implica un cansancio (los que tengan la suerte de estar entre esta minoría casi extinta; hablo del trabajador) que no recordabas, sabiendo que tener primer y segundo plato se ha convertido ya en una utopía únicamente tangible los domingos al mediodía.  

Después de este "breve" prefacio os diré (en contraposición a lo que pudiera argumentar cualquier abuela de este planeta), que la comida rápida no es tan perjudicial ni dañina. Lo será tanto como queramos que lo sea y dejará de serlo de la misma manera. 

Así que desde la red os animo a que dejéis que la imaginación fluya. Haced de vuestros platos una oda para el orgullo y alegría de vuestras madres. Estén cerca, lejos o muy lejos...


Antes de nada, nos lavamos las manos y aprovechamos para dar un agua también a las verduras (fundamental).

Troceamos el pimiento, la berenjena y el calabacín en tiras finas, la cebolla en juliana y el tomate bien picadito.


Troceamos los filetes, a un tamaño cómodo para tomarlo de un bocado, y le ponemos un poco de tomillo, para darle "un toque" aromático.

Ponemos aceite a calentar en la sartén; mientras nos leemos las instrucciones de los noodles "de paquete". En nuestro caso (y en la mayoría), bastaba con poner agua a hervir y echar los "polvitos"; cuando el agua rompe a hervir ponemos los noodles y esperamos el tiempo indicado.

Ya está el aceite caliente. Ponemos las verduras que tardan más en hacerse primero, es decir, pimiento y cebolla, a fuego medio y las vamos salteando.

Seguimos ahora los consejos para elaborar los noodles con una pequeña diferencia. Ya que los noodles que teníamos eran para hacer sopa, pusimos la mitad de agua de la indicada (evitando un exceso de caldo, innecesario para nuestra receta), simplemente para que se haga la pasta.

Al poco, añadimos el calabacín y la berenjena a la sartén y seguimos salteando. Los noodles ya se han cocido, rápido ¿eh? 

Cuando estén casi las verduras, incorporamos la carne; como es ternera hay que tener cuidado de no dejarla mucho tiempo, que si no se pone "tiesa". Seguidamente agregamos el tomate.


Antes de que la carne esté completamente hecha añadimos los noodles y lo salteamos todo junto, para que cojan el saborcillo de las verduras.

Si tienes salsa de soja, puedes ponerle un poco cuando saltees todo; si no, un poquito de sal y listo ¡e igualmente bueno!


Et voilà! Ya tienes una comida rica y sana hecha con algo tan simple como unos noodles "de paquete"...


Blog appétit! 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Exportando la PAELLA valenciana

Ingredientes para 20 personas:

+ Aceite de oliva 
+ 2 pollos
+ 1 conejo 
+ Sal gorda
+ 1 kg de judías verdes planas
500 gr de tomate
+ 2 dientes de ajo
+ Pimentón dulce (de la Vera, preferiblemente)
+ Doble de agua que de arroz
+ Azafrán
+ 500 gr de garrofón (habichuela blanca plana)
+ 2kg de arroz
+ Unas ramitas de Romero 

Útiles:

+ Paella (tanto contenido como continente se llaman igual)
+ Rosco o difusor
+ Bombona (aunque lo idílico sería realizar la paella con unas buenas brasas de leña)

Tiempo de preparación: según lo bohemio que se quiera ser pero...2 horas no te las quita nadie para elaborarla con cariño.


¿Comida para veinte personas? Puede parecer, a priori, una ardua tarea pero, el hecho de hacer una paella (por ejemplo en Valencia), un arroz campero mismamente, una barbacoa en la playa, una fideuá...no es solamente hacer comida para 10/20 personas, es sumar minutos, es compartir, es disfrutar, es uno de esos momentos de los que a la vida le faltan.

Es de tradición valenciana (o al menos así lo tiene entendido todo un país), de teoría, al parecer, sencilla, ingredientes bastante cotidianos, una receta de gran fama que todos conocen pero que no muchos ponen en práctica y bien es cierto que hay una frase que siempre he tenido presente, muy ilustrativa, que os regalaré (no es mía ni mucho menos), ya que es fantástica: "Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí".

Te invito a que leas este post, compres los ingredientes necesarios y hagas una paella. Yo te invito para que tú invites a unos cuantos a comer a casa un sábado cualquiera y sonrías. Mucha suerte, de la buena...


Nos enfundamos el delantal, manos limpias y todo el material controlado. ¡Vamos allá!

Primeramente, nivelamos la paella con ayuda del aceite. Lo situamos en el centro,  una buena base, encendemos el fuego, sazonamos los pollos y el conejo (previamente cortados en trozos de aproximadamente cinco centímetros) y comenzamos a dorarlos a fuego medio-alto, cuidando que no se quemen. 

(Es importante saber que los hígados, una vez dorados, se los suele comer el cocinero de aperitivo, acompañado de un buen trozo de pan y una cerveza fresquita y, aunque esto es solamente una recomendación, es muy aconsejable llevarlo a la práctica.)

Una vez doradas todas las piezas las retiramos al exterior para dar paso a las judías verdes (también éstas previamente cortadas en trozos de unos cinco centímetros, sin los extremos).

Cuando tengamos las judías listas, incorporamos el tomate (que colocaremos con cuatro cortes en agua hirviendo para pelarlos con mayor facilidad para luego triturarlo) sin las pepitas y el ajo muy finamente cortado.

Al poco, el pimentón dulce y, enseguida, el agua (que si el pimentón se quema deja mal sabor) debiendo quedar esta ligeramente por debajo del borde.  Dejamos que el agua llegue a ebullición y lo dejamos cinco minutos a fuego intenso y tres cuartos de hora cociendo a fuego fuerte hasta que el agua esté a la altura de los remaches internos de las asas de la paellaAñadimos el garrofón (si éste ha sido previamente cocido), las hebras de azafrán y probamos el punto de sal para, antes de añadir el arroz, dejarlo bien sabroso (que el arroz tiende a dejarlo un poco soso).

Con todo esto listo, "avivamos" bien el fuego y colocamos el arroz en forma de cruz o haciendo una sola línea, llamada caballón (este paso normalmente dependerá de las enseñanzas de los padres de tus padres, nuestros queridísimos abuelos), lo repartimos uniformemente (a partir de este momento el arroz no se toca jamás hasta el momento de servirlo en los platos, es clave respetar este paso), colocamos dos/tres ramitas de romero para darle ese característico sabor (lo retiraremos antes de servir los platos) y a esperar que el arroz se haga. Unos doce minutos con buen fuego y seis/ocho a fuego medio; nunca más de veinte, que se pasa.

Dejamos reposar unos minutos, el tiempo de abrir una buena botella de vino o, en su defecto, una cerveza bien fría, cubriendo la totalidad de la paella con papel de periódico (importante que las páginas elegidas sean de la sección de cultura y sociedad; nunca de deportes). 

Está la mesa puesta, pasamos de las tres y hay mucha hambre ya. Toda la familia, amigos, enemigos (también se puede cocinar para enemigos, ¿por qué no?), el equipo de fútbol, conocidos o desconocidos esperando así que...a servir los platos y a disfrutar.

Blog appétit! 




Receta realizada y escrita con mucho cariño para todos aquellos valencianos, franceses e italianos que confiaron su comida a un sevillano. Gracias a José, en esta ocasión el chef principal de tan exitosa paella.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

¿Mucho frío en Estocolmo? No en su estación central...

Estocolmo, capital de Suecia, es una ciudad maravillosa plagada de canales, parques y bicicletas. Todo ello, con una temperatura media anual de 7º C y, es digno de mención, una mínima de -25º C en el mes de enero; teniendo éste, además, la suerte de reunir hasta 40 horas de sol en todo el mes. Un dato asombroso cuanto menos...

Por razones climáticas, como las mencionadas anteriormente (que tienen mucho que ver con la latitud en la que se encuentra la ciudad), es una población que exige una arquitectura muy particular para poder alcanzar los niveles óptimos de confort; marcados normalmente por la temperatura, humedad relativa y viento, que oscilan entre 22-24º C, 45-55% y 0,5-1 m/s respectivamente.


La Estación Central de Estocolmo fue inaugurada en 1871 y sigue prestando sus servicios a la ciudad. No sólo es la estación más grande de Suecia, sino también de Escandinavia, con más de 250.000 pasajeros y visitantes al día. He aquí el quid de la cuestión. 


Debido a las frías temperaturas se tenía que gastar en calefacción pero, por otra parte, en determinadas zonas se tenía que refrigerar porque la temperatura era excesiva, ya que cada persona genera calor. Se trata de un doble despilfarro. Se partía de una situación en que el excedente de aire caliente no se aprovecha para nada y por otra se debía gastar energía utilizada para enfriar el aire. 


Fue entonces cuando surgió la idea de aprovechar el exceso de calor para ser utilizado como calefacción, pero no en la estación sino en otro lugar: un edificio de oficinas anexo a la misma. Éste, completamente automatizado, es el edifico más eficiente de Europa; su consumo diario es dos veces más bajo que el de cualquier otro del mismo tamaño.

El calor sobrante, emitido por las personas y máquinas, es captado y aprovechado para calentar el sistema hidráulico que, posteriormente, caldeará el aire propulsado en el edificio vecino; siendo este aporte de hasta un 30% de las necesidades totales.

Se trata de usar la tecnología disponible de otra forma. La innovación se halla en el sistema, no en los elementos tecnológicos.

De esta manera, no sólo disminuyen las emisiones de la Estación, sino que también se reduce su factura energética en un 20-25%. 

El sistema está operativo desde el año 2010, con buenos resultados, y puede ser calificado como el primer intento de transferencia de calor de un edificio a otro. 

¿No ocurre esto en otras muchas ciudades del resto del mundo? ¿No podemos aprovechar esta inteligente propuesta en París, Berlín, Moscú o Copenhague? 

Todos esos ancestrales edificios reconvertidos en oficinas, infinidad de centros comerciales, museos, mercados, estaciones de tren, aeropuertos, etcétera...que fueron calculados, a buen seguro, sobredimensionando conductos y máquinas, ¿por qué no obtener de esa afluencia masiva un eficiente sistema de calefacción humana?

A saber que, debemos seguir pensando y apostando por un futuro prometedor, con propuestas reales y veraces, que beneficien al medio ambiente y, por ende, a las personas


“El calor corporal puede ser fuente de energía para todo un edificio”.


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La Gare Centrale de Stockholm

Je vais vous présenter un projet qui s’est développé dans la Gare Centrale de la ville de Stockholm. Il s’agit d’une économie, réutilisation et recyclage d’énergie dans un espace public d’une grande affluence.

J’ai choisi ce sujet parce je suis allé à Stockholm il y a trois semaines, je pense que c’est un thème intéressant et peu connu.

Pour optimiser les résultats, Jerhunsen (l’entreprise qui gère la gare) s’est demandé une grande question : «La chaleur corporelle peut-être source d’énergie pour tout un bâtiment?»

ANALYSE ET PROBLÉMATIQUE
Stockholm, capitale de la Suède, est une ville merveilleuse pleine de canaux, des parcs et des vélos. Tout cela, avec une température annuelle moyenne de 7°C et, il est à noter, un minimum de -25°C en Janvier. En plus, il a seulement 40 heures d'ensoleillement pendant tout le mois. Un fait étonnant...

Pour ces raisons climatiques, la population a besoin d’une architecture très particulière pour obtenir les niveaux optimales de confort, généralement marqués par la température, l’humidité relative et le vent, de 22-24° C, 45-55% et 0.5-1 m/s respectivement.

La Gare Centrale de Stockholm est la seule gare ferroviaire de la ville et la plus grande du pays. Ouverte le 18 juillet 1871, elle accueille aujourd'hui plus de 250 000 visiteurs quotidiens, soit le plus haut taux d'affluence d'une gare en Scandinavie.
Alors qu'on essaie tous de prédire le futur de nos villes et de nos modes de vie, la Suède nous propose une nouvelle technologie qui permet de chauffer les bâtiments avec la chaleur corporelle qui les traversent.
Au sujet des températures basses ont dû chauffer quelques zones de la gare mais, en plus, ont dû refroidir autres parce que la température était excessive, laquelle est produite par la chaleur corporelle que chaque individu génère et la chaleur que les machines libèrent. Pourtant c'est un double gaspillage.
Après avoir réfléchi sur ce sujet, se sont proposé d'utiliser l'excès de chaleur pour chauffer, mais pas la gare, un immeuble de bureaux qui est annexe.

SYSTÈME TECHNIQUE
Ce nouveau système représente une réduction des coûts de chauffage de la gare d’un 25 %.
La chaleur résiduelle émise par les personnes et les machines, est capturée et prise pour réchauffer le système hydraulique qui ensuite propulse l'air chauffé vers le bâtiment voisin. Cette contribution est de, plus ou moins, le 30 % du total. 

Il s'agit d'utiliser la technologie disponible autrement. L'innovation est dans le système, pas dans les éléments technologiques.

CONCLUSION
Le système est opérationnel depuis 2010, avec de bons résultats, et peut-être décrit comme la première tentative de transférer la chaleur d'un bâtiment à un autre.
Une technologie innovante et durable qui, malgré les coûts à court terme, présente une façon efficace et originale de chauffer les bâtiments d'une ville. Est-ce qu'il ne serait pas intéressant de penser à un tel système pour Paris, Berlin, Moscou et Copenhague?
Tous ces bâtiments anciens transformés en bureaux, centres commerciaux, musées, marchés, gares, aéroports, etc...qui ont été calculées, je crois, surdimensionnement des tuyaux et des machines, pourquoi ne pas obtenir un système efficace de chauffage humain?
Donc, on continue à penser sur un avenir prometteur avec des propositions concrètes et précises qui aident à l'environnement et, par conséquent, aux personnes.

Je suis sûr que:
« La chaleur du corps peut être une source d'énergie pour un bâtiment entier. »

Et vous?

viernes, 8 de noviembre de 2013

Pollo a la cerveza con cuscús

Ingredientes para 2 personas:

+ 2 muslos de pollo
+ Sopa de cebolla
+ 2 cervezas (una, a temperatura ambiente, para el pollo y otra, bien fría, para el cocinero)
+ 1 cucharadita de sal gorda
+ Aceite de oliva 
+ 2 puñados  de Cuscús

Tiempo de preparación: 15' 


El pollo es un elemento que, en nuestra gastronomía, no está excesivamente valorado. Aún así, creo que este alimento es la perfecta pareja de baile de infinidad de recetas pues, al no tener un sabor (ni textura) demasiado potente o intenso admite numerosas combinaciones y más que agradables maridajes. En este caso, con nuestra fiel aliada y compañera de viajes, diálogos, charlas, discusiones, debates, etcétera...la cerveza.

La cerveza, ese zumo de cebada fermentado en agua con levadura de contenido alcohólico (aunque dicen que la hay sin...yo no sé a qué se refieren). Sus orígenes se remontan, probablemente, a leyendas celestiales porque, bien fría, es digna de dioses; aunque la mayoría aclara que es allá por el antiguo Egipto hace varios miles de años cuando se inició su consumo que, desde entonces, no ha cesado.

Realmente es ésta una receta sencilla, así que no perdamos más tiempo. Que ya sabéis que "el hambre es el mejor cocinero"

El primer paso, algo bohemio, tiene que ver con una parte esencial que jamás debemos olvidar. Y es que, debemos disfrutar a la par que cocinamos, no es bueno hacerlo por separado; primero disfrutar y luego cocinar o viceversa. Es importante que se realice de manera simultánea y es por ello que abriremos una de las dos cervezas que tenemos (la que está bien fría).

Acto seguido, cazuela, olla, cacerola, ¿marmita? Coge lo que tengas por casa, vierte una base del oro líquido español, la calentamos bien y colocamos las dos piezas de pollo en su interior. Las doramos bien y añadimos la cerveza (la que está a temperatura ambiente, no queda otra). 

De inmediato, agregamos la sopa de cebolla y un poco de sal. Tapamos, fuego medio y...a esperar.

Mientras tanto, ponemos a hervir agua con una pizca de sal y un chorreón de aceite de oliva. Ponemos una fuente con dos puñados de cuscús, vertemos el agua hirviendo y tapamos con un paño de cocina durante aproximadamente cinco minutos.

A partir de este momento, podemos colocar el pollo en el plato (una vez esté tierno, claro), acompañarlo con el cuscús y bañar todo con la salsa que hemos obtenido durante la preparación.



Blog appétit!


* Es recomendable tener calculado una buena cantidad de pan porque es prácticamente imposible resistirse a mojar en la salsita.

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Poulet à la bière avec couscous


Ingrédients pour 2 personnes:

+ 2 cuisses de poulet
+ Soupe d'oignon
+ 2 bières (une pour le poulet et l'autre pour le chef, essentiel)
+ 1 cuillère à café de gros sel
+ Huile d'olive
+ Couscous 


Temps de préparation: 15'


D’abord, on chauffe l’huile d’olive dans la casserole pour cuisiner les cuisses de poulet. Après, nous ajoutons la bière (une bouteille de 25 cl c’est bien) et tout de suite la soupe d'oignon.

On met un peu de sel gros et on cuisine à feu moyen jusqu'obtenir une sauce avec une très bonne texture, pas trop liquide.

Pendant cela, on fait bouillir de l'eau et on verse quatre cuillères à soupe de couscous dans un bol indépendant. Après, nous ajoutons l’eau bouillante, couvrir avec un torchon pendant cinq minutes et...voilá! 

On présent le poulet à la bière et sa sauce avec le couscous. C’est une recette très bonne, simple et économique!



Blog appétit!

jueves, 31 de octubre de 2013

Revuelto de plátano y bacon

Ingredientes para 2 personas:

+ 1 plátano
+ 1/2 cebolla
+ 3 huevos
+ Tiras de bacon
+ Una pizca de sal
+ Albahaca (si es fresca, de tu ventana, mejor)
+ Base de aceite en la sartén

Tiempo de preparación: 10' 


¿No tienes mucho tiempo para prepararte algo? "Hazte un revuelto para salir del paso y listo"...¡NO! ¡NOOOOOOOO! No caigamos en este tan típico tópico si es que no vamos a respetar el vasto, flexible y sofisticado mundo de los revueltos.

Sí, estamos de acuerdo, un revuelto no requiere de toda una vida para su elaboración pero sí merece una pausa antes de su puesta en marcha. Véase "abro la nevera y saco todo lo que tenga" pues, como ya hemos dicho antes los revueltos dan un juego fabuloso en el mundo de la gastronomía en sus distintas posibilidades de color, sabor, olor, o bien, "me transformo en chef por unos segundos, me coloco "la toque blanche" (clásico gorro de chef), me siento en el sofá y medito cuál será el mejor maridaje a elaborar en esta bonita y fría noche de jueves". 

Nosotros, preferimos siempre la segunda (y ficticia) opción, ideal para innovar y dejar fluir la creatividad de los más inquietos; todo ello, clave en esta vida tan dinámica que se "come" los días. Hagamos que al menos, merezcan la pena. 

No perdamos más tiempo, vamos manos a la obra. 



Como (casi) siempre, comenzamos picando la cebollita y, con el aceite caliente, a la sartén hasta que "pierda el orgullo" (cuando se pone transparente y deja de estar cruda y rígida). Acto seguido añadimos las tiras de bacon para que se vayan dorando.

Cuando tenemos lista la cebolla y el bacon añadimos el plátano, previamente cortado en rodajas. (¡ATENCIÓN! El plátano se hace muy rápido así que, recomendamos tener preparados los huevos para verterlos de inmediato.)

Una vez tenemos todos los ingredientes a punto, cascamos los huevos y los vertemos en la sartén (no los batimos antes de echarlos pero sí los sazonamos) e inmediatamente apagamos el fuego. "Revolvemos" los huevos, que se irán haciendo con el calor que conserva la sartén; haciéndolo de esta manera evitamos que el huevo quede demasiado cuajado.

Para concluir esta sencilla receta, podemos adornar los platos espolvoreando un poco de albahaca por encima.

"Fácil, sencillo, rápido y muy rico".

Blog appétit!



viernes, 25 de octubre de 2013

La hamburguesa de la felicidad

Ingredientes para 1 hamburguesa de la felicidad: 

+ 1 pan (preferiblemente de hamburguesa)

Carne de hamburguesa (100% ternera, a ser posible)
+ 1/4 de tomate
+ Par de hojas de lechuga
+ 1/4 cebolla (a caramelizar)
+ Una lámina de queso camembert 
+ Ketchup y mostaza (al gusto)
+ Patatas fritas caseras
+ Sal 
+ Azúcar

Tiempo de preparación: 15' 


Hamburguesa...es lo primero que has pensado, una simple hamburguesa. Como todo en esta vida te diré que no subestimes a nada, ni a nadie; y mucho menos a la hamburguesa de la felicidad.



Te podrá sonar a broma, pero cada receta la elaboramos según nuestro estado de ánimo, nuestro estado físico y mental, incluso emocional. Normalmente cocinamos más tranquilos y con más cariño el sábado y el domingo, tenemos más tiempo, estamos algo más descansados y puede que más animados, más contentos, más felices.

Aunque todos lo sabéis, la dieta (y no hablo de dieta como lo entiende medio mundo actualmente) ha de ser equilibrada, ya que juega un papel más que fundamental en el nuestra vida

Vamos a ello. Como siempre, abrimos el frigorífico para comprobar que la totalidad de los materiales están dispuestos a ser cocinados.


Comenzamos por caramelizar la cebolla. Ponemos una ligera base de aceite sobre la sartén, añadimos la cebolla (en rodajas o dados, al gusto) y, cuando esté pochada un poco de azúcar y...si se va pegando, unas gotas de agua hasta obtener la consistencia característica.

Mientras vamos caramelizando la cebolla, preparamos el resto de ingredientes: limpiamos las hojas de lechuga, cortamos en finas rodajas el tomate, preparamos el queso y vamos friendo las patatas (evidentemente, las pelamos, partimos, sazonamos y, a partir de ahí, freímos). 

Con todo listo (aunque parezca que no, es importante si queremos comer la hamburguesa recién preparada), acomodamos la carne en la sartén ya caliente, a cocinar al gusto (nosotros, la ternera, la preferimos poco hecha). 

Toque maestro: ponemos el pan a tostar para terminar de enamorar a los comensales.

La puesta en escena (fundamental no obviar este paso). En el pan, ligeramente tostado, colocamos una nuez de mostaza, una cama de lechuga y, sobre ella, las láminas de tomate y la cebolla caramelizada. Sobre la carne, recién hecha, situamos inmediatamente el queso para que se funda con el calor de la misma. 

La hamburguesa está casi lista para ser devorada porque, para que sea de la felicidad, deberemos añadir una pincelada de arte con el ketchup :)


Sí, probablemente una simple hamburguesa, o no...es "hacer de lo cotidiano, algo extraordinario".



Bon appétit!

lunes, 21 de octubre de 2013

¿Cómo imaginas la Biblioteca Nacional de Francia?

Si un buen amigo te comentara un día de esos que sale el sol (no un día cualquiera en París), que ha visitado la Biblioteca Nacional de Francia en París, probablemente pensaras en un edificio de fachada barroca, recargada y compleja situado al final de una gran avenida en contraposición con otro gran monumento en su otro extremo, como proponía el Barón Haussman (1809-1891)...mas he de deciros que el tropiezo es, cuanto menos, colosal. 


En el año 1989 se propone un concurso bajo el mandato de François Mitterand (1916-1996), presidente de la República Francesa durante catorce años, de un proyecto de ampliación de la BnF. La propuesta ganadora del mismo fue la del arquitecto francés Dominique Perrault (1953-*), en un alarde de simplicidad en un proyecto de tal envergadura.

Es, actualmente, una de las bibliotecas de mayor relevancia de Francia y del mundo, tanto por sus dimensiones (hablamos de una intervención que abarca una superficie de 7,5 hectáreas), como por el volumen de saber que posee (más de 13 millones de libros y 350.000 volúmenes encuadernados manuscritos).





Vamos paseando por la orilla del Sena, a la altura del barrio de Tolbiac (en el 13eme arrondissement), y brotan entre las nubes cuatro torres en forma de "L". 

A medida que avanzamos vamos descubriendo más, se extiende ante nosotros una gran escalinata que eleva las torres varios metros por encima de la Ciudad; el primer pensamiento: "¿Qué necesidad hay?".


Subimos la escalinata y nos encontramos en medio de una gran plaza rectangular, cerrada únicamente en sus vértices por las cuatro torres (de casi 80 metros cada una). En el centro de la misma aparece una gran perforación, de hasta diez metros de profundidad, en la que encontramos una gran masa arbolada (un bosque de 12.000 metros cuadrados en plena ciudad), así como otras perforaciones de menor tamaño, también ocupadas por vegetación



Observando las torres (que albergan oficinas y archivos) reparamos en su interesante envolvente. Ésta, consta de dos capas: la primera, una fachada totalmente acristalada, y la segunda, está conformada de paneles de madera que permiten regular la iluminación natural y aprovecharla al máximo. 


Al momento nos damos cuenta de la paz que reina en tan inmensa plataforma (cerca de 60.000 metros cuadrados). Te encuentras ajeno al bullicio, asunto habitualmente complicado en París; ahora entendemos la intención de Perrault al alzar la plaza sobre el nivel de la ciudad.


La biblioteca como tal, sin embargo, realiza el movimiento contrario. Se introduce en el suelo, bajo la plaza, buscando una dimensión mucho más íntima; siendo esto propio de un edificio destinado a la lectura, el estudio y la investigación. El acceso se realiza desde el nivel inmediatamente inferior al zócalo principal, estando sumergidos ahora en un lienzo completamente verde, pues una amplia galería, que se vuelca hacia la zona arbolada, recorre todo el perímetro interior de la biblioteca y que, además, da acceso a las salas de estudio, consulta, exposición, audiovisual...


Así es la Biblioteca Nacional de Francia. Un edificio atemporal, abierto al público un 20 de diciembre de 1996. Pensado y elaborado con gran sensibilidad; siendo éste: sobrio, formal, sencillo y a la par moderno, fresco. Sin dejar de lado la atención y el respeto que merece dada su relevancia.

Ya sólo nos queda, como poco, animaros a observar con detenimiento algunas de las muchas imágenes que tomamos del complejo hace un par de semanas, quedando tremendamente fascinados con este hito de la arquitectura que, por descontado, debe ser visitado, recorrido y admirado, cuantas más veces mejor.


Esperando siempre que sea de vuestro agrado y que hayamos podido ser partícipes de ese refrán popular que dice: "a la cama no te irás sin saber una cosa más".



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